Granada es un ecosistema turístico de gran diversidad con una amplia flora y fauna de empresas orientadas para y por el turismo. Un vergel de compañías que pujan por acercar a granadinos y foráneos multitud de actividades en una de las ciudades más bonitas del mundo.
Sin embargo, entre tanto verde estamos viendo florecer un pequeño brote diferente y atrevido. Una hermosa orquídea que le otorga a este edén multiempresarial un nuevo punto de vista que seguro será de muy buena acogida para locales, extranjeros y todas aquellas personas que se acerquen a conocer la ciudad embrujada.
Es el caso de Granada con Lupa. Desde que descubrimos este proyecto turístico confiamos en que estaban apostado por una oferta alternativa, fresca y renovada. Y no es que sea algo completamente nuevo. Son rutas que no se habían planteado antes. Paseos acompañados por personas de aquí con mucho que contar. Y por supuesto tapas y mucho humor también.
Y además descubrir que sus visitas por Granada están impregnadas de la filosofía “slow walk“. Paseos y conversaciones, preguntas y respuestas, salud y cultura. Todo un lujo para el cuerpo y mente en esta sociedad que camina tan deprisa.
Fuimos invitados a acompañarles en una agradable caminata por el Albaicín bajo y el Realejo: “Ruta de El niño de las pinturas, cuando las paredes hablan“. Una de sus múltiples rutas que ha sido diseñada por el propio Raúl Ruiz – aka S E X – y guiada por Teresa y Alfonso. Este último, artista también y amigo del escritor de grafitis.
Una vez llegamos al punto de reunión, conocimos al resto de los participantes de este divertido paseo. Empezando en el Arco del Elvira y dejándonos llevar por la confianza generada a través de preguntas y respuestas sobre diferentes paredes que visitábamos. Paredes que hablaban y unos guías que nos contaban historias de muros borrados – por leyes – que harán que jamás sean olvidados.
Con una parada en el camino para descansar con un café en La Borraja, continuamos siguiendo las huellas del polémicamente cuestionado artista granadino. Y cuál fue nuestra sorpresa que casi al final del recorrido, recibimos la grata visita y conversación con el mismísimo Raúl. Una persona sencilla y carismática que nos desmintió alguna leyenda que otra y se forjó un broche de oro para una ruta por Granada muy agradable, curiosa y tan singular.
Volviendo al jardín de Granada, donde todo luce verde y fresco, nos damos cuenta de que plantas de múltiples colores pueden convivir. Desde Granadaocio vamos a cuidar con mucho mimo iniciativas como Granada con Lupa y dar la bienvenida a otras nuevas y originales propuestas.